Mis queridos querubines y amigos de Buena Impro

Para los que no me conocen soy Katalina Johnstone de la Covacha, abuela natural de Emilio Cienfuegos y Picoy, y una de las promotoras de la propagación en el Caribe de las técnicas de improvisación teatral.
Ayer le pedí a Emilio que me instale un televisor en la antigua biblioteca de nuestra mansión caribeña y por medio de la vía satélite (captamos un canal de transmisiones deportivas de los Estados Unidos) pude ver el partido de IMPROTHLON que jugaron los Katapúfete y Los Gamarra Broders, en el Satchmo de Lima, Perú. Una gran cosa esto de la tecnología moderna. Yo no la entiendo mucho, pero de que la uso, la uso.
Tenía muchas expectativas pero al final del partido me tuve que tomar un par de vasos de ron rubio con un buen chorro de miel de caña para poder terminar de entender lo que ví. Yo pensé que el canal enviaba las señales en visión rápida pero Emilio me aclaró que esa era el ritmo que ponían los improvisadores. ¡Coño de la madre, pero que tienen estos muchachos! Cual es el apuro, me pueden decir?
Con razón al muchacho Anthony Gamarra le cobraron "ansioso" y tuvo que abandonar el partido durante un juego. Y no es porque ahora yo estoy vieja y achacosa que me quejo de este asunto. No pues, en mis mejores años, cuando trabajé como motorista del ferrocarril q unía Santa Clara con Santiago de Cuba y nos jugábamos unos tremendos match de impro con los compañeros del ferrocarril entre viaje y viaje, yo era una de las más ágiles. Y aún así nunca me cobraron "juego rudo" y eso que en ese tiempo Benjamin Candelo, el fogonero de la locomotora que siempre quería jugar de árbitro, era implacable. Bueno, yo era una flecha, no había quien me parara, eso es muy cierto, pero siempre respetaba el juego, respiraba y escuchaba muy bien a mis compañeros. Lo lindo de esos partidos es que no jugábamos para ganar. Lo hacíamos porque nos gustaba contar historias y éramos buenos compañeros de trabajo. Un día demoramos la salida del tren porque hicimos una impro larga que duró casi 3 horas. La regla era no parar hasta que algun jugador caía desmayado del cansancio. Es que improvisábamos al aire libre y a casi 40° grados de temperatura. Que lindas épocas, no sigo para no ponerme nostálgica... A mi edad las emociones intensas ya no son buenas...
De todas maneras hay buenos jugadores en este campeonato y por algo los "Gamarra Broders" van en la punta. Asi que recomiendo a mis muchachos de Buena Impro Social Club que se cuiden de ese equipo y entrenen duro para que no los sorprendan en el partido del 18 de Febrero. Coman mucho arroz con habichuelas que eso ayuda para que tengan energía el día del partido.
Y se se me cuidan...
Siempre suya,
Katalina